¡No tiene ni puta idea!

Si, si, si. Había que dedicarles, no una entrada no, ¡una sección!. Para todos aquellos que se llevan una hostia como más duele, sin que te la esperes. Sin que te de tiempo a pensar "menuda hostia que me voy a dar", esas hostias en las cuales la primera señal de que te ha pasado algo es el mensaje de tu médula. Los expertos (yo) la han bautizado como "Hostia medular" en honor a este nervio que es el que primero le cuenta en confidencia a la víctima que está jodido.

Pues bien, en primer lugar este pobre personajillo que andando de pedigüeño ha topado con la auténtica Teresa de Calcuta, "dinero no te doy, te voy a dar la eucaristía".

Vayamos por partes, primero su cara antes de que le de la gran hostia.

Esa mancha que podemos ver cerca del perfil izquierdo de la víctima es la mano que le da la hostia. Como se puede apreciar por el gesto de su cara, la víctima a estas alturas aún no es consciente de lo que centésimas de segundo después se le vendrá encima. A lo mejor estaba un poco colgado, por que apostaría que en esta otra foto tampoco es consciente de que la que le va a caer. Su posición no cambia, lo que me extraña es que aún no le llegase tampoco el mensaje medular.

Ahora otra hostia, clásica donde las haya. Pero bonita si se analiza bien. Primero, el video.

No, no se lo esperaba, no tiene ni puta idea (NTNPI). Está tan tranquilo, concentrado en su trabajo. Lo último que se espera el hombre es quedar paralítico. La hostia no es para menos, igual ahora está en silla de ruedas. Pero como eso no lo sabemos, vayamos ya al momento prehostia .

La cabeza del caballo, le asoma por encima del hombro. El caballo ya sabe lo que va a pasar y aparta la cabeza para no dejarse la cara en la espalda del reportero. Está ahí ya, y él no sabe nada, ni se lo imagina, concentrado en su discurso... Madre mía, yo creo que no ha vuelto a andar. Ahora sí a diferencia del caso anterior, el mensaje desde la médula (en mi opinión, el último mensaje que esa médula ha enviado) llega bien y rápido, como se puede observar en la última imagen.

El mensaje a llegado, suelta el micrófono, su cuello se tuerce 90 grados hacia atrás y su cara es el reflejo del más puro dolor, éste si lo ha sentido si. Pobre hombre.

Ala que se me ha ido mucho la olla y he hecho un entradón infinito. ¡A pasarlo bien!